TRUCAR CUENTAKILÓMETROS, UN ENGAÑO MUY COMÚN


Si te interesa adquirir un coche de segunda mano, resulta imprescindible realizar una prueba mecánica para ver el estado mecánico real del vehículo. Además de eso, deberás echarle un ojo a la ficha técnica del vehículo para cerciorarte de la fecha oficial de matriculación.
Ahora bien, todos sospecharemos de coches con muchos años y muy pocos kilómetros y caeremos en la desconfianza. Por ello os vamos a explicar como se suele trucar un cuentakilómetros.

Si alguien quiere caer en esa tentación para sacarle un “puñadito” más de euros a su coche, lo tiene muy fácil pues hay talleres específicos que hacen de esa labor su mayor fuente de ingresos.

Llevar a cabo esta práctica, no es un delito en España, siempre y cuando no se utilice para engañar a un futuro comprador (pero me pregunto yo quien va a querer hacerlo para no venderlo).

Puestos en marcha, hay varias formas de trucar un “cuenta”, desde las más arcaicas hasta las más sencillas y modernas gracias a la informática y la gran dependencia que los coches modernos tienen de ella.

El más sencillo de todos es el de cambiar el cuadro de instrumentos entero. Se sustituye por uno nuevo y en este se colocan las cifras deseadas. Es el que menos rastro deja, pero también el más caro.

El método más moderno y más sencillo de todos es el informático. Mediante una máquina similar a la de diagnosis de averías, se teclean los kilómetros que se quieran en un ordenador y estos se trasladan al cuentakilómetros, después se reinicia el cuadro de instrumentos y la cifra queda “clavada”

Hay otra técnica que se podría considerar la más arcaica de todas y la más utilizada. Es bien sencilla, se hace girar el contador hasta que de una vuelta y entera y a continuación se pondrá la cifra elegida. Esto en cuanto a un contador analógico, porque si es digital entonces habrá que hacer creer al coche que está andando y que las cifras avancen.

Estas son hasta el momento las técnicas más frecuentes de trucaje, pero el constante empleo de ordenadores de a bordo en los coches hace más fácil que se puedan manipular los datos por cualquiera que tenga un pc y un programa informático.

Si por algún casual se descubriera el engaño, el encargado de responder ante la ley será el anterior propietario del vehículo y deberá devolver el importe del vehículo y hacer frente a una cuantiosa multa.