LA RECONVERSIÓN COUPÉ

¿Dónde quedaron aquellos bonitos diseños deportivos de las primeras generaciones del BMW Compact, del Mercedes C sportcoupé, del SEAT León…?

¿Por qué la industria se empeña en hacer los coches compactos como si fueran un monovolumen?

¿Dónde están las esbeltas líneas deportivas que daban un carácter y espíritu deportivo a nuestro coche?

¿A caso ha cambiado el gusto deportivo de la sociedad y yo no me he enterado?

Estas y más preguntas me vienen a la cabeza cada vez que veo como lanzan al mercado las nuevas generaciones de vehículos compactos. Me hierve la sangre al observar como todos los coches que marcaron un antes y un después por su esbelta figura, muestran ahora un diseño espartano, sobrio y de aspecto monovolumen.
Que diría el pobre BMW Compact si levantara la cabeza y viera el aspecto de su sucesor, con un diseño que no se sabía a lo que respondía y que no era bonito lo mirases por donde lo mirases, a no ser que incorporara el paquete M que le daba otro aire.

Como este hay infinitos casos, hasta el más reciente de todos, que ha sido el lanzamiento del nuevo Ford Focus. Es idéntico al C-Max y de coupé no tiene nada. Me parece muy bien que incorpore los más avanzados sistemas de seguridad y eficiencia del mercado, pero en diseño… Es un Fiesta pero más grande. Igual que el nuevo Opel Astra, que es un Corsa con mayores cotas.

No obstante, con el Focus ha sucedido algo surrealista, con un diseño que no se sabe a lo que responde, ¿es un coupé? ¿Es un familiar? ¿Qué demonios es? Mercedes parece haberse dado cuenta de dónde hay que dirigirse ya que ha cambiado por completo la concepción de su utilitario clase A. Donde antes veíamos un coche sin líneas, ahora se ha convertido en un bello deportivo (aunque guarda un parecido a la clase B)

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